Noticia tomada de la página web de la Archidiocesis de Madrid
La capilla del Seminario Conciliar (San Buenaventura, 9) ha acogido este sábado 16 de septiembre el acto central organizado por la Comisión Diocesana de Ecología Integral con motivo de la VIII Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, inscrita dentro de la iniciativa Tiempo de la Creación que culminará el próximo 4 de octubre.
Presidido por el arzobispo de Madrid, monseñor José Cobo, en el mismo se han hecho presentes representantes de la Iglesia Ortodoxa, la Iglesia Española Reformada Episcopal, la Iglesia Evangélica Española y el obispo de Jericó (Colombia) que acompaña la II Caravana Iberoamericana por la Ecología Integral. También han asistido monseñor Jesús Vidal, obispo auxiliar de Madrid, el vicario episcopal y vicarios territoriales, así como el delegado episcopal de Ecumenismo, entre otros sacerdotes.
El vicario episcopal de Pastoral Social e Innovación, José Luis Segovia, ha sido el encargado de inaugurar el encuentro dando la bienvenida en una intervención en la que ha tenido un recuerdo especial para los hermanos que sufren «en Libia y en Marruecos, y de tantos otros lugares olvidados del planeta», pidiendo al Señor «que su dolor no nos deje indiferentes». Ha explicado que se trataba de un acto religioso, «porque reconocemos la Creación como un lugar de oración». «En ella, desde el maravillamiento y la contemplación, reconocemos un precioso regalo a la humanidad, obra del desbordamiento amoroso del buen Dios». Y, ha añadido, «celebramos también un acto ecuménico, porque representantes de diferentes confesiones cristianas nos unimos para rezar al mismo Dios y pedirle juntos que nos afine el oído para captar el grito de la Creación».
La dinámica oracional, que ha estado animada por el Grupo SIQUEM, ha contado con un tiempo de contemplación, de la mano del Movimiento Scout Católico, que ha invitado a reflexionar a los presentes.
El tiempo de la Palabra ha dado paso al de acción de gracias, en el que han manifestado su gratitud al Creador diferentes grupos y comunidades que trabajan por el cuidado de la Casa Común: la Iglesia Ortodoxa, la Iglesia Española Reformada Episcopal, la Iglesia Evangélica Española, Justicia y Paz, Manos Unidas, Cáritas, Movimiento Scout Católico, el grupo Cristianismo y Ecología de la parroquia Nuestra Señora de Las Rosas, el Movimiento Laudato Si’, la II Caravana por la Ecología Integral, la Comunidad Pueblo de Dios y la Comisión Diocesana de Ecología Integral.
A continuación, en el tiempo del compromiso, los líderes religiosos han compartido el suyo: para la Iglesia Ortodoxa, buscar la paz con todos y la santificación; para la Iglesia Española Reformada Episcopal, fomentar y desarrollar el cuidado de la creación; y para la Iglesia Evangélica Española, el compromiso con la justicia, porque la defensa de los derechos humanos y la justicia es urgente; por su parte, el obispo colombiano ha animado a los asistentes a levantarse y participar en una oración por el cuidado de la Creación.
Promover la cultura del cuidado de la vida
El arzobispo de Madrid ha comenzado su intervención afirmando que «la humanidad sigue tropezando en las mismas piedras que hace miles de años», en alusión a «la crisis internacional de la guerra de Ucrania y sus efectos globales o la incoherencia religiosa de algunos líderes», entre otras realidades.
Para monseñor Cobo, «con el regalo de la encíclica Laudato Si’, los cristianos nos sentimos convocados a promover la cultura del cuidado de la vida y a desplegarla, como un río, en nuestra vida, en las parroquias, congregaciones, realidades eclesiales y en nuestros colegios y centros educativos». Y «nuestra mejor herramienta es la conversión ecológica», que «viene de la llamada de Dios», y que «hoy se nos presenta para acogerla y vivirla como parte de la imprescindible conversión profunda a Dios Creador y así aplicarla a la vida social, política y económica».
«En la Iglesia Católica que peregrina en Madrid, ha dicho, queremos hacerlo, como expresión viva de nuestra fe» en unión «con todos los hombres y mujeres de buena voluntad», colaborando con las Iglesias cristianas hermanas. «Juntos queremos procurar la Justicia y la Paz, que son don de Dios, pero también tarea humana a llevar a cabo desde un diálogo ecuménico fraternal y entrañablemente cercano».
Por eso, «hoy nos reunimos para asombrarnos, contemplar y dejarnos rodear por el misterio de Dios» que «nos hace creaturas humildes y agradecidas a Dios, el único Señor, por ese hermoso tapiz, por el don de su Creación». Y «para pedir su ayuda en la tarea de impulsar acciones que faciliten la oración, la contemplación y la custodia de la vida humana y la biodiversidad de nuestra Casa Común».
A continuación, ha exhortado a acoger el lema del encuentro, Que la Justicia y la Paz fluyan, señalando que «todos somos corresponsables de promover o paralizar el flujo de la justicia en nuestro entorno y de sembrar la paz que Dios nos ofrece». Y a «comprometernos juntos a mantener vivo el anhelo de justicia y de paz y a generar acciones que las permitan fluir en la sociedad, dentro y fuera de una Iglesia samaritana y cuidadora».
Cuidado de la Casa Común
En este sentido, ha recordado que «el reinado de Dios nos implica de forma activa en el cuidado de la Casa Común», y ha presentado los pasos que en esta línea se van dando en la diócesis: «escuchar y abrir el corazón es nuestro primer agradecimiento y tarea», o «el Plan Diocesano de Acciones Laudato Si’» publicado el pasado mes de abril por la Comisión Diocesana de Ecología Integral, y que se está implantando en las parroquias.
Este último, ha explicado, es «una guía para formar comunidades parroquiales y eclesiales más sensibles ante los problemas medioambientales y los efectos del cambio climático» cuyo objetivo es desarrollar «acciones que fomenten la protección de la vida humana en todas sus etapas y el cuidado de la Casa Común con la riqueza de su biodiversidad», como la experiencia de comunidades solares que se ha acaba de poner en marcha.
También ha citado la labor de Cáritas a través de programas como Moda Re-. O la Mesa por la Hospitalidad, «que acoge en emergencia a personas desplazadas a consecuencia de la desertificación, la falta de agua y de oportunidades vitales y tantas otras experiencias pequeñas y grandes que revelan nuestra progresiva sensibilidad».
A pesar de todo, ha confesado que queda mucho por hacer. «Nuestro horizonte no puede ser otro que procurar que la Buena Nueva se difunda. La Creación, hechura de nuestro Dios, nos trae continuas noticias suyas. Replicarlas a los demás nos pide el firme compromiso de ser orantes y contemplativos, cuidadores y agentes activos que procuren que, con la ayuda del Dios Creador, “la justicia y la paz fluyan”».