La crisis climática posee un “rostro humano”. Representa una amenaza para la existencia de una multitud de personas en todo el mundo, pues obliga a los más vulnerables a abandonar su tierra.
Para la Iglesia católica, las personas que se han visto forzadas a desplazarse por causa del clima no pasan desapercibidas.Las Orientaciones Pastorales sobre Desplazados Climáticos ponen de relieve los nuevos retos que plantea el actual escenario mundial y sugieren respuestas pastorales adecuadas.
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